La insoportable levedad del ser, Milan Kundera


Hace varios años (la primera edición en español es de 1985, por lo que no sé cuántos puedan ser), cuando reparé por primera vez en esta novela su título me cautivó tanto como me asustó. No creí estar preparado entonces para un escrito cuyo título ya era más trascendente que todo lo que yo había escrito junto.

Hoy, por lo menos diez o quince años después de aquel primer acercamiento a esta novela, la he finalizado, y me ha parecido soberbia. Una pieza exquisita, de una profundidad notable y al mismo tiempo, como su propio título indica, leve.

En cualquiera de sus páginas se esconden trazos de literatura y reflexión de una gran calidad, “La cultura sucumbe bajo el volumen de la producción, la avalancha de letras, la locura de la cantidad. Por eso te digo que un libro prohibido en tu país (República Checa) significa infinitamente más que los millones de palabras que vomitan nuestras universidades”, o “El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia”. Éstas dos cogidas al azar al abrir la novela por una página cualquiera.

El señor Kundera crea una novela fantástica con sólo cuatro personajes, Tomás, Teresa, Sabine y Franz. Dos hombres y dos mujeres cuyas vidas se entrecruzan, cuyos caracteres, personalidades y almas son las cuatro puntas de la estrella de los vientos, distantes y al mismo tiempo complementarias, pues ninguna sería nada sin las otras, y todo ello dibujado en el maravilloso escenario (literariamente hablando, claro) de la República Checa ocupada tras su famosa primavera de Praga.

Cuatro personajes que desgranan una gran cantidad de matices y crean, cada uno para sí mismo, una realidad propia, un lugar en el que los únicos valores son los que a cada uno de ellos les son válidos. Por ejemplo Tomás está casado con Teresa, a quien ama con voluntad, pero a quien le es infiel continuamente sin tener sensación de infringir daño o sentir culpa, incapaz de respetar una simple norma del matrimonio, sin embargo es capaz de caer en la más absoluta de las desgracias por no hacerse afín al régimen dictatorial que ha ocupado su país, pasando de ser un gran cirujano a un miserable que limpia escaparates con papel de periódico.

Sabine es el paradigma del no compromiso, con nada ni con nadie, pero al tiempo se pasa la vida pensando que habría sido de ella de haber tenido la capacidad de permanecer al lado de algo, o en algún lugar, por más tiempo.

Franz es idealista, un hombre que se crea su propia escala de valores, cercanos a lo políticamente correcto, pero con profundidades, significados y orígenes muy diferentes.

Y Teresa, esposa de Tomás, es la sufrida que aguanta estoicamente los devaneos continuos de su marido, aunque en realidad lo hace por voluntad propia, porque en su escala de valores el miedo, la culpa y la inexistente autoestima ocupan lugares más elevados que la decisión.

Me es muy difícil explicar esta novela sin decir que en realidad es una reflexión filosófica sobre nuestras propias vidas, todos somos una parte Tomás, Sabine, Franz y Teresa, en mayor o menor grado de cada uno, todos tenemos esa estrella de los vientos en nuestro interior tirando con sus puntas hacia los cuatro extremos.

Aprovecha además el señor Kundera, como si no fuera suficiente con crear cuatro personajes de una dificultad extrema, para explicar como fue la vida en la República Checa tras la ocupación, pero lo hace con suavidad, con una elegancia exquisita, no exenta de dureza ni crítica, sino con un estilo de maestro alejado del tópico, de la sensiblería o de la rabia, contenida o no.

Es también justo reconocer que en la novela aparecen dos personajes más, también importantes, un perro, el de Teresa y Tomás, y el propio autor, quien de tanto en tanto, asumiendo el papel de narrador y escritor de la historia, reflexiona sobre su propia literatura con párrafos como éste: “Los personajes de mi novela son mis propias posibilidades que no se realizaron. Cada uno de ellos ha atravesado una frontera por cuyas proximidades no hice más que pasar. Es precisamente esa frontera la que me atrae. Una novela no es la confesión del autor, sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo”.

Sin duda una gran obra, magnífica, de exquisita construcción, cargada con una profundidad extrema. Una novela que no permite su lectura continuada, sino que requiere de la reflexión constante, como un gran espejo en el que observar nuestro rostro en busca de imperfecciones.

Resumen del libro (editorial)

Esta es una extraordinaria historia de amor, o sea de celos, de sexo, de traiciones, de muerte y también de las debilidades y paradojas de la vida cotidiana de dos parejas cuyos destinos se entrelazan irremediablemente. Guiado por la asombrosa capacidad de Milan Kundera de contar con cristalina claridad, el lector penetra fascinado en la trama compleja de actos y pensamientos que el autor va tejiendo con diabólica sabiduría en torno a sus personajes. Y el lector no puede sino terminar siendo el mismo personaje, cuando no todos a la vez. Y es que esta novela va dirigida al corazón, pero también a la cabeza del lector. En efecto, los celos de Teresa por Tomás, el terco amor de éste por ella opuesto a su irreflenable deseo de otras mujeres, el idealismo lírico y cursi de Franz, amante de Sabina, y la necesidad de ésta, amante también de Tomás, de perseguir incansable, una libertad que tan sólo la conduce a la insoportable levedad del ser, se convierten de simple anécdota en reflexión sobre problemas filosóficos que, afectan a cada uno directamente, cada día.

Comentaris

  1. La conclusión de esta lectura fue dolorosa, ha marcado un antes y un después, ha dejado un vació terrible, me causa mucho conflicto ver, leer y escuchar algo sobre la levedad.

    el lapso de tiempo en que la leía, fue mágico, me sumergí en mi mundo, al que realmente pertenezco, una de las mejores obras que he leído, es mi obra de cabecera, extraño tanto a los personajes que muy frecuentemente abro el libro al azar y leo, reacciones químicas extrañas suceden cuando hago esto, profunda tristeza y muchas cosas extrañas, solo me sucede esto con: cien años de soledad, el amor en los tiempos del cólera y la insoportable levedad del ser....

    bendita literatura.

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