La interpretadora de sueños, Rafael R. Costa


A veces es necesario marcar un tiempo de alejamiento para tener clara la magnitud de una novela. Este es el caso de La interpretadora de Sueños, de Rafael R. Costa.

Hace cerca de dos meses que finalicé la lectura de su obra, y todavía visualizo escenas de la misma. El bar donde se reunía Georginas con sus amigos en Praga, el fasto de los nuevos ricos en Estados Unidos, el castillo en el que conoció a Freud por primera vez, pero sobre todo Rafael dejó algo en mí que no puedo sacarme de la cabeza, el primer capítulo.

Me pareció de una grandeza literaria digna de escritores de la talla de Hesse, Grass, Pamur o Murakami. La manera de iniciar la historia por parte del señor Costa me ha hecho reescribir mentalmente todos mis textos para comprender que difícilmente llegaré a imaginar un inicio, o un medio, o un final, en el que se despliegue un talento así. 

Normalmente en este blog hablo más de las sensaciones que me causa una obra que no de la historia en sí, y debo reconocer que los ecos que han dejado en mi memoria las letras del autor todavía resuenan con fuerza. La descripción de Praga es impecable, de los ambientes en que se desarrolla la historia, el porqué de las actuaciones de los personajes, todo escrito con una delicadeza perfecta, sutil, deliciosa y magistral. Si tuviera que hacer un resumen de lo que acontece a los protagonistas, la verdad es que me liaría un poco después del tiempo transcurrido desde que finalicé la lectura, pero si cierro los ojos puedo ver el río Moldava, oler las pestilencias de la ciudad, escucho las campanas de las torres de las iglesias, y siento la humedad de sus atardeceres, el gusto de cerveza de sus locales nocturnos, la estrechez de sus calles, la pesadumbre mezclada con la esperanza de sus protagonistas.

No quiero desvelar ni una coma de esta novela, solo decir que me ha fascinado, que envidio la pluma de Rafael, y que le auguro un futuro inmediato como escritor de nivel. Toda ebullición eleva los trozos de menestra a la parte superior de la olla, pero tras la bajada del fuego que alimenta la explosión de autores autoeditados, Rafael no será de los que caigan al fondo del olvido cibernético, sino que su presencia, sus letras y sus magistrales escenarios, han de salir por fuerza, de triunfar, de vivir en los corazones de los miles de lectores que cometerían un grave error  si se perdieran su obra.

Resumen del libro (editorial)

Georginas, enigmática, bellísima, busca el reconocimiento de su hijo, fruto de un matrimonio cuya legitimidad parece haberse hundido con el Titanic. Su lucha la conducirá a viajar de Praga a Nueva York para dedicarse a interpretar los sueños de todo tipo de personajes. Pero en la misma Georginas destaca algo de onírico: el detalle de una mujer que enamora a la urdimbre de la Historia, de tal modo que no sólo personajes famosos llegarán a entregarle su corazón, sino que el mismo universo gira para mostrarle los grandes acontecimientos que azotan la primera mitad del siglo veinte: desde el final de la Gran Guerra hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Todo será vivido por una Georginas que parece no dar importancia a su tremendo magnetismo.

Comentaris

  1. La leí y estoy absolutamente de acuerdo contigo. Rafael Costa es uno de los pocos que uno visualiza como un escritor de literatura.

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