El Salón de Ámbar, Matilde Asensi
Sin duda el más flojo de la serie de Matilde Asensi.
No quisiera ensañarme mucho con esta novela, sobre todo porque debo reconocer que he disfrutado con alguna de las otras obras de la autora, sobre todo con "El Origen Perdido", pero sinceramente no hay por dónde cogerla.
La trama no está mal, un grupo de ladrones profesionales, cuyo lifemotiv es la seguridad más absoluta, que se dedican a robar obras de arte por encargo y sustituirlas por copias de buena calidad. A este grupo, con nombres en clave de las piezas de ajedrez, les encargan un trabajo que los lleva a robar un cuadro para un ex-agente de la KGB, en cuyo dorso están las claves para recuperar los tesoros almacenados por miembros nazis durante el Holocausto.
Sin embargo la novela patina por todos lados. Los personajes son simples, predecibles, incluso dos de ellos podrían muy bien ni siquiera haber existido y la obra habría sido exactamente igual. Sus identidades, tan protegidas y que tanto empeño ponen por mantener ocultas, son conocidas incluso por una adolescente de trece años, hija de uno de los protagonistas, amén de una criada y una monja. El malo se anticipa en la segunda página de la novela, el miembro del grupo encargado de las tareas informáticas es tan bueno que en segundos es capaz de entrar en las bases de datos del FBI, de la CIA, de la KGB, de todos los ayuntamientos de pueblos con más de quince habitantes, y sin embargo no es capaz de reparar un teclado. La protagonista se enamora de un miembro del grupo de la forma más estúpida posible, ella, una especie de heroína al más puro estilo de Lara Croft. Incluso el botín del grupo de ladrones se guarda en la celda de un monasterio de clausura.
Todo sumamente ridículo y poco creíble.
Una de las partes más importantes de la novela es cuando el grupo de ladrones ejecuta el robo del cuadro de una fortaleza inexpugnable, y la autora le dedica apenas un par de páginas, mientras que para explicar como se entra en un chat ocupa casi tres.
Prefiero coger la parte positiva de esta novela, y es que valió como borrador para las obras posteriores de la autora. El grupo de ajedrez, con sus nombres en clave, me recordaron mucho a Root y Java, de "El Origen Perdido", y la excursión de dos semanas por la red de alcantarillado me trajeron a la memoria los últimos capítulos de "Todo bajo el cielo", pero nada más.
Me alegro mucho por la autora, por los ingresos que le han supuesto las ventas de esta novela, pero con toda sinceridad no está a la altura de sus otras obras. Le falta mucho trabajo al manuscrito como para haber permitido que se publicara así.
Y que conste, como ya he dicho en algún comentario de la obra de Matilde Asensi, que es una autora a la que admiro y que sigo con cierta curiosidad por la similitud de estilo que intuyo entre el mío y el de ella, pero su primera novela está muy, muy lejos de su calidad posterior.
Resumen del libro (editorial)
Un equipo internacional de ladrones de guante blanco (Grupo de Ajedrez) recibe un encargo: hacerse con una obra de un pintor de segunda fila. Ana Galdeano, anticuaria de Ávila y miembro del Grupo, sospecha que aquel no es un trabajo más, y sin apenas darse cuenta, se verá implicada en una complicada trama tejida desde la sombra por los jerarcas de la Alemania nazi...
No quisiera ensañarme mucho con esta novela, sobre todo porque debo reconocer que he disfrutado con alguna de las otras obras de la autora, sobre todo con "El Origen Perdido", pero sinceramente no hay por dónde cogerla.
La trama no está mal, un grupo de ladrones profesionales, cuyo lifemotiv es la seguridad más absoluta, que se dedican a robar obras de arte por encargo y sustituirlas por copias de buena calidad. A este grupo, con nombres en clave de las piezas de ajedrez, les encargan un trabajo que los lleva a robar un cuadro para un ex-agente de la KGB, en cuyo dorso están las claves para recuperar los tesoros almacenados por miembros nazis durante el Holocausto.
Sin embargo la novela patina por todos lados. Los personajes son simples, predecibles, incluso dos de ellos podrían muy bien ni siquiera haber existido y la obra habría sido exactamente igual. Sus identidades, tan protegidas y que tanto empeño ponen por mantener ocultas, son conocidas incluso por una adolescente de trece años, hija de uno de los protagonistas, amén de una criada y una monja. El malo se anticipa en la segunda página de la novela, el miembro del grupo encargado de las tareas informáticas es tan bueno que en segundos es capaz de entrar en las bases de datos del FBI, de la CIA, de la KGB, de todos los ayuntamientos de pueblos con más de quince habitantes, y sin embargo no es capaz de reparar un teclado. La protagonista se enamora de un miembro del grupo de la forma más estúpida posible, ella, una especie de heroína al más puro estilo de Lara Croft. Incluso el botín del grupo de ladrones se guarda en la celda de un monasterio de clausura.
Todo sumamente ridículo y poco creíble.
Una de las partes más importantes de la novela es cuando el grupo de ladrones ejecuta el robo del cuadro de una fortaleza inexpugnable, y la autora le dedica apenas un par de páginas, mientras que para explicar como se entra en un chat ocupa casi tres.
Prefiero coger la parte positiva de esta novela, y es que valió como borrador para las obras posteriores de la autora. El grupo de ajedrez, con sus nombres en clave, me recordaron mucho a Root y Java, de "El Origen Perdido", y la excursión de dos semanas por la red de alcantarillado me trajeron a la memoria los últimos capítulos de "Todo bajo el cielo", pero nada más.
Me alegro mucho por la autora, por los ingresos que le han supuesto las ventas de esta novela, pero con toda sinceridad no está a la altura de sus otras obras. Le falta mucho trabajo al manuscrito como para haber permitido que se publicara así.
Y que conste, como ya he dicho en algún comentario de la obra de Matilde Asensi, que es una autora a la que admiro y que sigo con cierta curiosidad por la similitud de estilo que intuyo entre el mío y el de ella, pero su primera novela está muy, muy lejos de su calidad posterior.
Resumen del libro (editorial)
Un equipo internacional de ladrones de guante blanco (Grupo de Ajedrez) recibe un encargo: hacerse con una obra de un pintor de segunda fila. Ana Galdeano, anticuaria de Ávila y miembro del Grupo, sospecha que aquel no es un trabajo más, y sin apenas darse cuenta, se verá implicada en una complicada trama tejida desde la sombra por los jerarcas de la Alemania nazi...
Hola Jordi, te rastreé desde el blog de Elisabet, "Andanzas de una escritora..." y no me arrepiento. He dado con un crítico de libros perspicaz, inteligente y que sabe exponer sus ideas con claridad.
ResponEliminaEstoy de acuerdo con algunas de tus apreciaciones en cuanto a Matilde Asensi y a Isabel Allende, creo que su mejor obra fue la primera, aunque muchos dicen al igual que tú que fue inspirada por García Márquez. No sé hasta que punto se pueda decir que son copias o plagios, pues muchas veces nos inspiramos en partes de algún libro, una película, un documental, una palabra dicha en el momento preciso en alguna entrevista por algún autor, y es lo que dispara nuestra musa e imaginación, sin embargo, no eres el único que lo ha dicho y por algo ha de ser.
Frederik Forsith es un escritor que me apasiona, Odessa, por supuesto es su obra magna, pero tiene otras muy buenas.
Te felicito, tu blog está lleno de sorpresas interesantes, siempre es bueno conocer alguien que lee con seriedad.
Un saludo,
Blanca Miosi
Hola...necesito por favor un breve resumen del salon de ambar...corto, preciso y conciso...gracias
ResponEliminaNalishka, no seas vag@ y busca tu mism@ ese resumen. Es más... ¿que tal si te lees el libro y haces tu propio resumen?
ResponElimina